La traducción de textos económicos III
Delimitación del concepto de traducción económica.
Convencionalmente se hace coincidir el nacimiento de la economía con la publicación en 1776 de la obra Inquire into the Nature and Causes of the Wealth of Nations de Adam Smith. A partir de ese momento el crecimiento de la economía ha sido de tal magnitud que se ha convertido en una de las ciencias sociales más importantes. La definición de la economía como ciencia es tarea controvertida y múltiples son las definiciones que existen de esta disciplina en función del enfoque desde el que esta se analice.
Al abordar la delimitación del concepto de traducción económica debemos constatar, en primer lugar, la inestabilidad terminológica que existe en el panorama investigador y académico en nuestro país. Las denominaciones utilizadas en las aulas y en la producción científica varían desde traducción económica, traducción económico-financiera, traducción jurídico-económica, traducción jurídico-financiera, traducción socio-económica, traducción comercial, etc. En nuestra opinión, la denominación traducción de la economía y los negocios, a la que hacen referencia varios autores en diversas publicaciones —Suau Jiménez, Gallego Hernández o Mateo Martínez entre otros—, es mucho más precisa dado que hace referencia a la traducción de textos relacionados con la economía en sentido estricto y a la traducción de textos de otros subámbitos de especialidad, a menudo muy difíciles de desligar, que podríamos enmarcar dentro de la traducción del mundo de los negocios.
A nuestro parecer, con independencia de la etiqueta que pongamos a la disciplina —es indudable que una denominación tradicional resulta de utilidad para identificar la materia y establecer líneas de actuación conjunta entre formadores, investigadores y traductores profesionales—nos interesa en este momento plantearnos qué entendemos por traducción económica y cuál es su objeto de estudio. La heterogeneidad intrínseca al concepto de traducción económica y la gran variedad de situaciones comunicativas que participan en la concepción de los lenguajes de la economía y los negocios hace que definir traducción económica sea una tarea tremendamente compleja. Entendemos pues la traducción económica en sentido amplio como aquella cuyo objeto de estudio es:
a) La traducción de textos macroeconómicos, a saber, los documentos relacionados con el estudio de la economía en su conjunto —son aspectos macroeconómicos la producción de bienes y servicios, el nivel de precios, la tasa de desempleo, los tipos de cambio, los tipos de interés, la política monetaria y fiscal, etc.— y la traducción de textos del ámbito de la microeconomía —se puede entender la microeconomía como el estudio del comportamiento de los agentes que participan en el funcionamiento de una economía, tales como el gobierno, los consumidores, las empresas, los trabajadores y los inversores—.
b) La traducción de los textos que tienen que ver con las finanzas. Las finanzas son aquella rama de la economía que se ocupa de la obtención y gestión de dinero derivada de los negocios, la banca y la bolsa realizada por parte del individuo, las empresas, las organizaciones o el Estado. Dentro de la traducción financiera podemos incluir tanto los textos del mundo de los mercados financieros y la bolsa como los textos relacionados con el desarrollo de negocio o los documentos empresariales de carácter financiero —por ejemplo, los contratos con jerga financiera son encargos de traducción muy frecuentes en el mercado profesional—, los textos bancarios —tanto los documentos que salen de la banca comercial para la captación de ahorros y concesión de créditos a empresas y particulares, como aquellos textos que recogen operaciones de negocios de las que se encarga la banca de inversión como las OPA (ofertas públicas de adquisición de valores), las OPV (ofertas públicas de venta de valores), las OPS (ofertas públicas de suscripción de valores) o las IPO (Initial Public Offerings), la primera vez que sale a bolsa una empresa— y los textos contables —en las sociedades cotizadas la llamada contabilidad financiera contiene información pública que va dirigida tanto a los accionistas como a los organismos reguladores, los posibles inversores, la prensa o los analistas, y supone también un encargo muy frecuente en el mercado profesional.
c) La traducción de textos contables presenta especificidades propias frente a otros bloques temáticos del mundo de la economía y los negocios: los textos objeto de traducción poseen un lenguaje muy estándar, en ellos existe terminología que aparece recogida en las principales normas y principios contables nacionales —Ley de Sociedades de Capital de 2010 (los artículos 253 a 284 del Título VII regulan las cuentas anuales), el Plan General Contable de 2007, el Código de Comercio o las normas del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas—e internacionales —las International Financial Reporting Standards (IFRS) o Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) —por lo que el traductor cuenta con escaso margen de maniobra a la hora de elegir los equivalentes dinámicos más acertados en el proceso de elaboración de su texto meta.
d) La traducción de los textos del mundo del comercio. Podemos definir el comercio como aquella actividad socioeconómica —desarrollada dentro de las fronteras geográficas de un país o entre distintos países—, que permite el intercambio de bienes y servicios, ya sea para su uso —comercio al por menor o retail—, para su venta —comercio al por mayor o whole sale— o para su transformación.
En el siguiente artículo abordaremos las características de la traducción económica (inglés-español) y las principales dificultades a las que se enfrenta el traductor económico.
Autor: Verónica Román
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